El 24 de marzo se
conmemora otro aniversario en memoria de las víctimas de la última dictadura
cívico militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, y desde la
FATCA nos unimos a la causa en pos de defender y garantizar los derechos del
pueblo.
La fecha fue
establecida en el año 2002 por Ley de la Nación N° 25.633, cuyo artículo 1º
establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en
conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha
del año 1976#.
Dicho día se produjo
el sexto golpe de Estado de la historia nacional, que depuso al gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón del poder y tuvo lugar hasta
el 10 de diciembre de 1983, cuando se restableció la democracia con la asunción
del presidente radical Raúl Alfonsín.
El golpe de Estado
provocó graves consecuencias económicas, sociales y políticas que dejaron al
país en una situación crítica. Así es como entonces, esta jornada busca crear
un espacio de reflexión y análisis colectivo, para generar conciencia y evitar
que se vuelva a repetir un hecho de semejante arrebato a los derechos humanos
de la población.
Durante este período sangriento,
además, la clase obrera se vio afectada por políticas represivas, económicas y
laborales. Los derechos de los trabajadores, así también como los del pueblo,
fueron ultrajados mediante modalidades clandestinas de represión que incluyeron
el secuestro, la detención en centros clandestinos, la tortura y la ejecución
de miles de personas.
Para entender cómo fue
posible la restitución de la democracia es necesario hacer mención a la enorme
labor social y política que tuvieron los movimientos obreros organizados
durante el proceso militar. La resistencia de los trabajadores empezó a ser una
constante que el gobierno de facto debió enfrentar y los dirigentes políticos
empezaron a criticar el plan económico, así como también exigieron la
ampliación de las libertades.
Esta lucha representó
un momento álgido de la resistencia obrera frente a la dictadura, pero trajo
consigo la necesidad de la junta militar de dar algunas concesiones, como la
aceptación de las reuniones de agrupaciones obreras.
De esta manera el
régimen entró poco a poco en un etapa de descomposición a raíz de las huelgas y
manifestaciones que fueron cada vez más frecuentes, en manos de una resistencia
que se fue extendiendo y radicalizándose.
Luego de la rendición
en la guerra de las Islas Malvinas en el año 1982, la dictadura quedó
totalmente deslegitimada y se sucedieron masivas movilizaciones a Plaza de Mayo
que dieron lugar a más represiones y enfrentamientos, pero que también
evidenciaron un notable debilitamiento del poder corriente.
La restitución de la
democracia no hubiera sido posible sin el fervoroso accionar de las
organizaciones obreras y de sus trabajadores que, a costa de secuestros,
torturas y asesinatos, nunca cesaron sus demandas y persistieron en la lucha.
En la Federación
sentimos orgullo de ellas año tras año y estaremos siempre pendiente de generar
conciencia en nuestro pueblo, para que nunca más vuelvan a suceder actos de
violación a los derechos humanos y para que la democracia no sea jamás puesta
en duda.