Desde el año 2000 y
por iniciativa de la Asamblea General de la ONU, se designó al 25 de noviembre
de cada año como “El día internacional de la eliminación de la violencia contra
la mujer”. La Federación se suma a la iniciativa y les acerca toda la información
necesaria para contribuir a dicha causa.
La fecha se eligió a
raíz del brutal asesinato en el año 1960 de las hermanas Mirabal, tres
activistas políticas de República Dominicana, por orden del gobernante Rafael
Trujillo. Así es que entonces la ONU invitó a los gobiernos, organizaciones
mundiales y ONG, a la coordinación de actividades que tengan como objetivo
primordial llevar conciencia pública a la población, en cuanto a la eliminación
de todas las formas de violencia contra las mujeres.
Para ello, es
indispensable identificar las posibles formas en las que la violencia se puede
llegar a manifestar. Entre ellas se destaca la violencia física y se traduce en
cualquier acción que provoca daño o sufrimiento físico que afecte a la persona.
Simples golpes, hematomas, heridas superficiales o graves, quemaduras y hasta
un empujón son circunstancias considerables como violencia de este tipo.
La sexual también se
reconoce como otro tipo de violencia y es considerada tal cuando sucede
cualquier acción que amenaza o viola el derecho de una mujer a decidir sobre su
sexualidad, abarcando también cualquier forma de contacto sexual, acoso,
explotación, abuso o intimidación.
La violencia psicológica aparece entre las más comunes y consiste en cualquier
situación en la que la mujer se sienta degradada y coartada a la toma de
decisiones propias. La humillación junto a daños emocionales que perjudican el
desarrollo personal de una mujer, pueden llegar a derivan en el suicidio como
resultado de un hostigamiento y manipulación sistemática.
Otro tipo común de
violencia que se da dentro del ámbito social es la económica y se identifica
cuando sucede cualquier acción que tenga como objetivo restringir los recursos
económicos y/o patrimoniales de una mujer, generando dependencia y limitando la
autonomía.
La violencia laboral
existe en decenas de países en los que se dificulta el acceso de las mujeres a
puestos de responsabilidad laboral o se impide el desarrollo en algún puesto de
trabajo. Es fácilmente identificable cuando los salarios de las mujeres son
inferiores al de los hombres en puestos idénticos, así como también la
contratación no se concreta por la posibilidad de manifestarse un potencial
embarazo.
Acompañando a la
violencia laboral, surge la institucional y es identificable cuando los
funcionarios o autoridades dificultan, retrasan o impiden el acceso a la vida
pública, la adhesión a ciertas políticas e incluso la posibilidad de que las mujeres
ejerzan sus derechos.
Por último, la
violencia simbólica es identificable como de las más difíciles de erradicar, ya
que comprende estereotipos, mensajes, valores y signos que transmiten y
favorecen las relaciones basadas en la desigualdad. El machismo es el fenómeno
de máxima exposición al respecto y opera hace muchos años ejerciendo la
subordinación de las mujeres en nuestras sociedades.
Es de suma importancia
la identificación temprana de cualquiera de estos rasgos para que el daño sea lo
menos grave posible y se realice la denuncia correspondiente mediante el número
144, todos los días, las 24 horas y de manera gratuita.
Desde la Federación Argentina
de Trabajadores Cerveceros y Afines nos sumamos a la lucha en pos de defender
los derechos de la mujer y nos comprometemos a seguir trabajando para que todas
las mujeres cerveceras gocen de los mismos derechos que los hombres.